El Sistema de Evaluación Profesional
Docente en Chile data del año 2003 y consiste en la aplicación de una
evaluación obligatoria a todos los profesores de enseñanza pre-escolar, básica,
media y educación especial que impartan clases en la educación municipal en
todo el territorio nacional.
Este sistema tiene por objetivo” Fortalecer la profesión docente y
contribuir a la mejora de la calidad de la educación.( página oficinal docentemas,
Gobierno de Chile).
El organismo encargado de esta
evaluación es el Ministerio de Educación, a través del Centro de Perfeccionamiento,
Experimentación e Investigación Pedagógica (CPEIP). A su vez, quien ejecuta esta evaluación es el Centro de Medición de la Universidad
Católica de Chile (MIDE UC) y su objetivo principal es la asesoría técnica
e implementación de las acciones que el proceso de evaluación requiere.
La evaluación consta de cuatro
instrumentos que se complementan entre sí, y que permiten recoger información que otorga una visión amplia de la función
docente en el aula. Dichos instrumentos
son: Un portafolio, una autoevaluación, una evaluación por un docente par y una
evaluación del equipo directivo.
El portafolio es una evidencia
que pretende invitar al docente a reflexionar sobre sus prácticas educativas
por medio de la entrega de evidencia que el docente va confeccionando durante
12 semanas. Esta evidencia consiste en
la elaboración y aplicación de una
unidad pedagógica y la presentación de una grabación de clases.
La pauta de autoevaluación es un
formulario preestablecido en el cual el docente debe reflexionar sobre su
desempeño en el aula.
La entrevista del docente par es
una evaluación que realiza un profesor capacitado para ello. Para esto completa una rúbrica que le permite
evaluar los objetivos preestablecidos.
El Informe de Referencias de
Terceros es la evaluación de la Administración del centro y es confeccionada
por el Director y el Jefe de la Unidad Técnico profesional a través de una
pauta estructurada que confecciona el MIDE UC.
Con estos instrumentos y en este
contexto son evaluados todos los profesores de la enseñanza municipal de Chile.
A partir de esta información me
detendré a reflexionar sobre el sistema de evaluación y sus pretensiones.
En primer lugar, quisiera detenerme
a analizar el sentido de esta
evaluación. Las políticas públicas en
educación tienen como objetivo mejorar el sistema enseñanza- aprendizaje, para
lo cual centra gran parte de sus esfuerzos en conocer y mejorar las prácticas
de los profesores en el aula. Esto se
materializa a través de la aplicación obligatoria de este sistema de
evaluación.
En esta dirección podemos observar
que la evaluación profesional docente contribuiría a mejorar la calidad de la educación, ya que nos indicaría
claramente cuales son los puntos fuertes y débiles del actuar docente. Sin embargo, esto último merece un cuidado
especial, ya que a mi entender este sistema no iría en esa dirección.
Este sistema de evaluación carece
de una medición del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que sólo se evalúa al
docente en un momento determinado, es decir, “se toma una fotografía” del
actuar de los profesores en aula y conforme a ello se califica. Esta evaluación
se realiza sin seguir una periodicidad determinada y tampoco se detiene a comprender las prácticas en diferentes
momentos, situaciones y contextos educativos.
En ese sentido, podemos verificar
que la evaluación no tiene la finalidad de mejorar continuamente dicho proceso,
más bien, se pretende determinar si el profesorado reúne las competencias
exigidas para desarrollar esa función conforme a parámetros establecidos por un
equipo técnico externo a los centros educativos. En otras palabras, la evaluación está
orientada sólo hacia las cualidades y características que tiene el docente en
el aula y no a determinar como mejorar dichas prácticas o a comprender el
sentido de ella, ya que no existe un seguimiento periódico y un plan de mejora
si se encuentra un resultado deficiente.
Bajo esta mirada podemos decir
que este sistema tiene una finalidad punitiva, es decir, sólo califica la
gestión docente, sin detenerse a reflexionar conjuntamente sobre los resultados
de dicha evaluación y la manera en que esos resultados pueden contribuir a la
mejora de la calidad de la educación.
Esto se puede evidenciar al momento de la entrega de los resultados al
docente, toda vez que sólo se entrega la calificación obtenida, sin mediar una
reflexión de los resultados por parte de los profesores y el centro en su
conjunto.
Por otra parte, si consideramos
que la opinión del profesorado cumple un rol fundamental en la mejora de la
enseñanza-aprendizaje, vemos que éstos no son considerados al momento de la creación,
implementación y posibles mejoras de los
instrumentos de evaluación. Por el
contrario, esta misión queda en manos de MIDE UC que es un equipo asesor
externo a los centros.
Lo que podemos apreciar aquí es la lógica de
la racionalidad técnica, la cual conforme a modelos establecidos y generalizados
de enseñanza- aprendizaje, diseñan pautas estructuradas que permiten “medir “el
actuar del profesor en aula. En concreto,
las preguntas de las entrevistas de pares, las pautas de evaluación por parte
del equipo directivo, la estructura de la pauta de la autoevaluación responden
a criterios externos a los centros, y su confección es diseñada por equipos
técnicos de educación. Asimismo, el
portafolio que es el instrumento con mayor ponderación (80%), y es aquel que podría dar mayor posibilidad de
participación del profesorado, es también confeccionado con esta misma lógica.
Esto se puede apreciar en los contenidos y las preguntas que componen este
instrumento, las cuales son estándar
para todas las escuelas de Chile.
Todo esto quiere decir que se
evalúa el funcionar del docente con criterios técnicos y universales, sin
detenerse en la adecuación de los instrumentos a cada centro educativo, más
bien, los parámetros son dados a partir del marco para la buenas enseñanza establecido por el ministerio
de educación y no considerando las realidades locales de cada escuela. En otras palabras, los profesores y centros
no participan de este proceso.
A modo de síntesis, podemos
indicar que el Sistema de Evaluación Profesional Docente en Chile presta mayor
atención a las calificaciones que obtienen los docentes, al cumplimiento de las exigencias establecidas por órganos
externos a los centros educativos y a la medición estandarizada de los
profesores a nivel nacional.
Bajo mi perspectiva, esto no se
condice con los objetivos de este sistema, ya que el énfasis está puesto sólo
en el actuar docente descontextualizado y responde a una calificación para
aprobar los exámenes. Por lo tanto, que
la calificación sea la prioridad máxima de
este sistema no contribuye a la mejora de la enseñanza aprendizaje, ni tampoco contribuye
a fortalecer la profesión docente que son los objetivos de esta evaluación,
debido a que muchos profesores terminan
aprendiendo y adiestrándose en la forma de responder a estas evaluaciones con el
fin de no ser sancionados.